Copérnico, Leonardo da Vinci, Newton o Einstein fueron grandes visionarios que ampliaron nuestra mirada sobre el universo y que ensancharon así nuestro conocimiento sobre la realidad y sobre nosotros mismos. Lo hicieron rompiendo esquemas establecidos y cambiando el paradigma científico de su época. En una escala diferente, el 5G supone el nacimiento de una nueva era para la industria, una actividad vital para el mundo en que vivimos.
Un cambio de paradigma requiere siempre primero de una ruptura con la tradición y con los modelos establecidos. Así lo estableció en 1962 el físico estadounidense y experto en la filosofía de la ciencia Thomas Kuhn, quien en su influyente tratado ‘La estructura de las revoluciones científicas’ demostró que cada avance, cada paso hacia delante de la humanidad, requería primero una crisis y un choque con los modelos anteriores de conocimiento. Esta visión disruptiva está detrás del concepto de 5G. La cuarta revolución industrial ya está aquí gracias a una constelación de innovaciones que coinciden en este momento. La nueva tecnología móvil se suma al desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) y permite potenciar el IoT (Internet of Things), revolucionando los modelos de gestión, negocio y producción de las compañías de todo el mundo. Un mundo hiperconectado que se traducirá en una industria más eficiente y productiva.
En el siglo XVIII la máquina de vapor fue el elemento que permitió dar un gran salto adelante en la producción de bienes. La llegada de la electricidad en 1870 revolucionó las cadenas de montaje e instauró un nuevo sistema industrial. La tercera revolución data de 1969, con la programación de las máquinas y la llegada de la informática a la sociedad, que desembocó en la ya conocida como automatización. La digitalización ha abierto la puerta a la cuarta revolución industrial. La denominada industria 4.0 es un espacio en el que conviven el mundo físico y el digital. Ahora el 5G supondrá un cambio de paradigma, con el intercambio de una ingente cantidad de datos a una velocidad sin igual.
La aplicación de esta tecnología trae consigo una mejora de la productividad, la eficiencia y la calidad en los procesos industriales. Con la tecnología 5G veremos el despliegue de redes de comunicaciones privadas dedicadas específicamente a cada segmento o actividad. Las industrias se beneficiarán de unas comunicaciones seguras y garantizadas y mejorarán su rendimiento, uniendo a estas comunicaciones elementos como la inteligencia artificial y el desarrollo de procesos robotizados. Para muestra un botón. La empresa química BASF y el operador de infraestructuras y servicios Cellnex Telecom han sellado una alianza para instalar la primera red privada basada en tecnología 5G en la industria química española.
El proyecto piloto, a su vez, será uno de los primeros en el panorama industrial estatal. Cellnex será la encargada de instalar y desplegar esta red 5G en el centro de producción que BASF tiene en La Canonja, en Tarragona, sobre la cual se desarrollarán diversos casos de uso vinculados a la operativa industrial de la planta. BASF ha identificado el 5G como una de las tecnologías clave para su proceso de transformación digital.
A pesar de que la conectividad en la industria es un hecho des de principios de la década de los 90, el salto a esta nueva era permitirá desarrollar nuevas aplicaciones en campos tan importantes como el de la seguridad o las operaciones. Una tecnología que facilitará el avance del internet de las cosas (IoT), la implementación del Big Data, la realidad virtual y aumentada, y la inteligencia artificial. Tarragona se convertirá, también, en uno de los primeros proyectos en materia de 5G que la multinacional alemana pone en marcha a nivel global. Hasta ahora, sólo Alemania, Bélgica y China han arrancado proyectos similares. Un cambio de paradigma requiere valentía. La industria es uno de los sectores que más se puede beneficiar del nuevo abanico de posibilidades que aporta el 5G.
Es la hora de los pioneros.