La energía ha pasado a tener un peso muy destacado en el presupuesto de los hogares. Poco a poco nos hemos ido familiarizando con diferentes conceptos para poder entender el recibo de la luz. Hemos aprendido cuáles son las horas valle y cuáles son las horas punta para poner o no la lavadora o el lavavajillas. El ahorro energético se ha convertido en una prioridad. Y también la eficiencia.
El mundo, incluido el virtual, necesita energía para moverse. Contra más energía ahorremos, menos explotaremos nuestros recursos naturales y más cuidaremos al planeta. ¿Cómo puede ayudarnos en este objetivo la tecnología 5G? La revolución de las comunicaciones móviles hará innecesarios muchos desplazamientos y optimizará todo tipo de procesos. Además, la nueva generación de la telefonía requiere redes densas y compuestas de numerosas antenas y otros componentes. Ello obliga al desarrollo de soluciones con una elevada eficiencia energética, que reduzcan el impacto de las comunicaciones móviles en la huella de carbono y el calentamiento global. El objetivo es reducir en un 10% el consumo eléctrico de los equipos.
La red 5G será más verde que sus predecesoras y mejorará la eficiencia de muchos servicios gracias al mantenimiento predictivo, los contadores inteligentes y el uso masivo del big data, entre otros avances. El plan de recuperación económica de la Unión Europea (UE) para hacer frente a los efectos de la pandemia tiene dos pilares fundamentales: la sostenibilidad medioambiental y la digitalización de la economía, que a su vez se basa en el uso de los datos a través de las redes 5G. Se trata de dar un empujón a nuevos servicios y soluciones en movilidad, salud, gestión urbana, e industrialización, entre otros. Soluciones más eficientes desde el punto de vista energético y medioambiental.
Se calcula que actualmente las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) suponen el 1,4% del total de las emisiones de carbono a la atmósfera y el 4% del consumo energético global. Pero el 5G va a marcar un antes y después en la industria. Las mediciones demuestran que la tecnología 5G consume un 10% de la potencia del 4G equivalente, es decir, es diez veces más eficiente Esos datos de eficiencia energética (medida en W/Mbps, es decir, vatios por megabits por segundo) se basan en un diseño más eficiente de la tecnología y los equipos, que permite minimizar el uso de los recursos para la transmisión de datos. Y partiendo de ese diseño, entran en juego los algoritmos, que maximizan el apagado y encendido de los recursos en función de la demanda de tráfico. El uso del machine learning y de la Inteligencia Artificial (IA) suponen un plus de fiabilidad para el sistema, mejorando la eficiencia energética del 5G.
La eficiencia energética se ha convertido en una obligación en la industria, en el transporte, en las ciudades y en el hogar. El 5G será un aliado en el combate para reducir la factura energética, para conservar los recursos naturales y para hacer frente al cambio climático. La gestión inteligente de infraestructuras y dispositivos nos ayudará a consumir menos energía y a que seamos así más sostenibles.
La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. El primer principio de la termodinámica, que nos enseñaron en las clases de Física en el Instituto, es la más sólida y universal de las leyes de la naturaleza descubiertas hasta ahora. El 5G será un aliado de la eficiencia y el ahorro energético. Un paso adelante para cuidar nuestro mundo.