Ver la realidad con nuevos ojos. Romper las barreras geográficas. Sentir y prácticamente tocar que estamos en otro lugar. Acercarnos un poco más al don de la ubicuidad. Poder experimentar situaciones como nunca antes lo habíamos hecho. Todo eso y mucho más es lo que nos va a traer el 5G, una revolución tecnológica que nos hará ver el mundo de otra manera.
La realidad virtual y aumentada, que van a tomar carta de naturaleza en la sociedad gracias al 5G, nos van a permitir superar la barrera de las dos dimensiones en la que ha estado confinada hasta ahora la comunicación digital y analógica. Vamos a dejar de vivir en un mundo de pantallas planas y vamos a hacer realidad, por fin, lo que sería el sueño del pintor e inventor Leonardo da Vinci: representaciones en tres dimensiones que permiten interactuar con la realidad a distancia.
¿Qué significará todo esto en nuestras vidas? Las posibilidades que se abren son infinitas y dependerá de la capacidad de los emprendedores para imaginar nuevas funciones y utilidades. La implantación de la red móvil de quinta generación modificará sustancialmente la manera de comunicarnos, disparará la capacidad de las autopistas de la información y posibilitará que objetos cotidianos, desde la nevera hasta los automóviles, puedan conectarse (con nosotros y entre sí) en tiempo real. Su despliegue permitirá, por ejemplo, realizar intervenciones quirúrgicas teleasistidas, desplegar nuevas flotas de vehículos autónomos y coordinar los trabajos agrícolas través de sensores instalados en distintos puntos de un campo de cultivo.
También nacerán nuevas formas de enseñar a distancia con hologramas interactivos y podremos visionar un partido de fútbol o un concierto de música desde el sofá de casa pero sintiendo que estamos allí como un miembro más del público. Con toda la subida de adrenalina que ello significa. Se abren enormes oportunidades para las actuaciones en vivo al poder llegar a comunidades más amplias y sin barreras geográficas.
El 5G también aportará una mayor seguridad a las smart homes gracias a un concepto denominado microsegmentación. Un hogar inteligente es tan seguro como su eslabón más débil; cualquier intruso que penetre a través de ese eslabón puede acceder a todos los dispositivos de la red. Pero con la microsegmentación, los dispositivos se pueden aislar para evitar que un dispositivo débil sirva como puerta de entrada a toda la red.
En general, nuestra vida se llenará de sensores y aparatos inteligentes, que, conectados entre sí, se anticiparán a muchas de nuestras necesidades del día a día. Encontrar aparcamiento resultará mucho más sencillo cuando nuestros vehículos, conectados a la red y a través de un mapa a tiempo real, sepan donde hay un espacio libre.
Una característica fundamental de esta nueva tecnología es que supone un consumo energético muy inferior al que estamos acostumbrados. La infraestructura 5G se está diseñando para poder soportar una gran cantidad de dispositivos conectados al mismo tiempo. El 5G, gracias a su baja latencia (respuesta ultra rápida), abrirá también una nueva revolución industrial e impactará de manera muy positiva en la productividad de las empresas y en nuestra economía.
En definitiva, dejaremos de vivir en un mundo plano y la comunicación se transformará para acercarse lo máximo posible a los sentidos del ser humano, que es el centro de la revolución tecnológica del 5G.